Te explicaremos qué diferencia hay entre diezmo y ofrenda, ya que tanto en los mandamientos bíblicos como en las leyes actuales, está sujeto a la manera en que lo interpreten, pero mientras que un juez decide cómo debe interpretarse la ley, las dudas que tengamos acerca de los mandamientos no son tan fáciles de obtener, lo mismo sucede con el tema del diezmo y la ofrenda.

Diezmo

El término “diezmo” se refiere sobre las donaciones cristianas, es decir, un diezmo es la décima parte del ingreso de una persona.

Los católicos y los pastores tienen diferente opinión acerca de los diezmos: están aquellos que creen que los cristianos deben seguir dando un diezmo a la iglesia y están aquellos que piensan que los católicos deben dar lo que sea su voluntad, no como obligación ni bajo presión.

En el Antiguo Testamento, hay varios versículos que hablan de los mandamientos de Dios sobre el diezmo. La ley mosaica, que fue dada a los israelitas en el monte Sinaí, dice que cada judío dé una décima parte de su ingreso al templo. Esa cantidad apoyaba a los sacerdotes y era utilizada para pagar los costos asociados con los deberes del templo. Los levitas o los sacerdotes se apoyaban de los diezmos dados por el pueblo. Este principio es el mismo hoy en día. Pero ¿qué beneficio obtendría un creyente al dar su diezmo?; en el Antiguo Testamento, una manera para que un creyente reciba “tanta bendición de que no haya espacio suficiente en tu casa para almacenarla” es “traer todo el diezmo al almacén …”  El Nuevo Testamento, sin embargo, no ordena o recomienda que los cristianos den una cantidad específica a la iglesia. Es en este punto donde difieren las dos escuelas de pensamiento sobre el diezmo.

Qué diferencia hay entre diezmo y ofrenda

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Los que creen que los cristianos ya no necesitan dar una décima parte de sus ingresos a la iglesia están basando su creencia en la carta del Apóstol Pablo a los Corintios. Pablo le dice a los creyentes que “dediquen una suma de dinero de acuerdo con sus ingresos, ahorrándosela, de modo que cuando llegue no se tendrán que hacer recaudaciones”. Esta cantidad, sin embargo, se considera una ofrenda y no un diezmo, porque mientras Dios esperaba que los creyentes lo honraran dando las primeras frutas o el diezmo de lo que Él les dio, ésta obligación ya no fue necesaria cuando Jesucristo murió en la cruz, lo cual es un cumplimiento de todos los requisitos de la ley incluyendo el otorgamiento del 10%. Por lo tanto, continuar exigiendo a los creyentes que den diezmos es una manera de anular, hasta cierto punto, el sacrificio de Cristo, ya que esto efectivamente trae de vuelta la idea de guardar la ley o justificación por las obras. En otras palabras, la muerte de Jesús ya cumplía con el requisito de ofrecer los primeros ofrendas.

Por otra parte, muchos cristianos también creen que los diezmos deben darse continuamente como una manera de obedecer los mandamientos de Dios  y es una manera de honrarlo devolviendo una porción de los beneficios que uno ha recibido. La base de esta creencia es que el sacrificio de Cristo en la cruz ha puesto a los creyentes bajo la gracia. Esto significa que aunque ya no estás obligado a dar una décima parte de tus ingresos, tienes la libertad de dar y dar incluso más de una décima, debido a la desbordante gratitud de ser redimidos por Cristo. A pesar del silencio del Nuevo Testamento sobre el diezmo, dar a la iglesia tiene una bendición correspondiente de Dios, lo que significa que la bendición que recibes es proporcional a lo que das.

No importa cual sea tu creencia, hay que tener en cuenta que el diezmo es de buena fe. A Dios no le preocupa si le das 1%, 10%, o incluso el valor total de tus primeros ingresos. Después de todo, Él posee el mundo “y todo lo que hay en él”. Él no necesita tus recursos para cumplir sus planes y propósitos. Cuando Dios ordenó a los creyentes que dieran, Él quería ver a las personas que tienen el corazón para seguir su decreto. Esto significa que al dar, los cristianos deben hacerlo con alegría.

Ofrenda

En el Antiguo Testamento, la ley mosaica ordenó a los israelitas que dieran sus ofrendas, pero estas ofrendas eran esencialmente sacrificios. Los sacrificios de animales eran los más comunes porque eran un sacrificio de sangre que estaba destinado a sanar los pecados del pueblo. Los sacrificios de sangre fueron ordenados porque sin el derramamiento de la sangre, los pecados permanecían. Había otras formas de ofrenda, pero no eran necesarias. Una ofrenda de cereales, por ejemplo, es un tributo o un regalo a Dios para reconocer su soberanía.

En el Nuevo Testamento, el significado de la ofrenda está algo cambiado. Por un lado, los sacrificios de animales o sangre ya no son necesarios debido a la muerte de Jesucristo, el cordero perfecto de Dios. Pero en el pasado los animales fueron sacrificados para derramar sangre que cubriera los pecados del pueblo, el derramamiento de sangre cuando Cristo murió en la cruz limpió la culpa y los pecados fueron completamente absueltos.

Los cristianos actuales que creen en la entrega de una décima parte de sus ingresos a la iglesia, contemplan los diezmos y la ofrenda como dos cosas separadas. Una ofrenda es algo dado libremente y puede tomar la forma de dinero, tiempo, servicio y otros recursos. Un creyente puede escoger el destino de la ofrenda, también llamada “donación”, lo que significa que la ofrenda puede ir a la iglesia local, a las organizaciones misioneras, etc.