La raza y la etnia son dos conceptos relacionados con la ascendencia humana. La raza se define como “una categoría de la humanidad que comparte ciertos rasgos físicos distintivos”. El término etnia se define de manera más amplia como “grandes grupos de personas clasificadas según su origen o trasfondo racial, nacional, tribal, religioso, lingüístico o cultural”.

 

La raza a menudo se percibe como algo inherente a nuestra biología y, por lo tanto, se hereda de generación en generación. La etnia, por otro lado, se entiende típicamente como algo que adquirimos, o autoasignamos, en función de factores como el lugar donde vivimos o la cultura que compartimos con los demás.

Ni la raza ni la etnia son detectables en el genoma humano. Los humanos tienen variaciones genéticas, algunas de las cuales alguna vez estuvieron asociadas con ancestros de diferentes partes del mundo. Pero esas variaciones no se pueden rastrear hasta distintas categorías biológicas. Las pruebas genéticas no se pueden utilizar para verificar o determinar la raza o el origen étnico, aunque las pruebas en sí están asociadas con una mayor creencia en las diferencias raciales.

Aunque la raza no tiene una base genética, el concepto social de raza todavía da forma a las experiencias humanas. Los prejuicios raciales alimentan la exclusión social, la discriminación y la violencia contra personas de determinados grupos sociales. A su vez, el prejuicio racial confiere privilegio social a algunos y disparidades sociales y físicas a otros, y se expresa ampliamente en jerarquías que privilegian a las personas de piel blanca sobre las de piel oscura.

La raza y la etnia a menudo se consideran lo mismo, pero las ciencias sociales y biológicas consideran que estos conceptos son distintos. En general, las personas pueden adoptar o negar las afiliaciones étnicas más fácilmente que las raciales, aunque las diferentes etnias se han agrupado en categorías raciales durante diferentes períodos de la historia.